La filóloga hispánica y profesora de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Sarai Cruz Ventura, quien ha realizado diversas investigaciones sobre los cantos de trabajo indica que: "Los cantos agrícolas eran interpretados tantos por hombres como por mujeres, pero, dependiendo de las labores que se realizaran, eran más propios de unos o de otros. Los cantos de pastores o de arada, por ejemplo, son más habituales en los hombres, porque eran los que se dedicaban a este oficio. Sin embargo, las mujeres recuerdan más los cantos del empaquetado de tomates, porque normalmente eran ellas las que realizaban esta labor...Los cantos agrícolas canarios se han perdido en su mayoría, desgraciadamente...Se trata de una parcela de la cultura tradicional prácticamente desaparecida en la actualidad"
“Las innovaciones tecnológicas y la industrialización del sector agrícola han conseguido acelerar su rápida y casi total desaparición. Sin embargo, a pesar de que hoy en día estos cantos no se den en su contexto, perduran con carácter testimonial en el recuerdo de algunas personas mayores que en su día trabajaron en los sectores agrícolas”.
La pérdida de los cantos de trabajo como parte de la tradición popular se puede producir debido a la falta de recopilación escriia de dichos cantos y a la interrupción de la transmisión oral de los mismos de padres a hijos, medio habitual de perpetuacibn de la cultura popular.
El municipio de Ingenio fue un pueblo con tradición agrícola y de cría de animales, especialmente el cochino nego, arduas y largas jornadas de trabajo fueron acompañadas por romances y cantos que labriegos y agricultores realizaron en los cercados y terrenos de cultivo.
Los almacenes de tomates también fueron espacios en los cuales romances, adivinzanzas, poemas, cuentos y cantos fueron entonados por algunas mujeres para que las largas jornadas de trabajos fueron más llevaderas, espcecialmente en aquellas horas donde el hambre, el sueño y el cansancio se cernía sobre los cuerpos y mentes de las mujeres que se encargaron de limpiar, clasificar y empquetar los tomates.
Milagro del Pino Herrera, más conocida como Pimpina, en sus largas faenas en los almacenes de tomates era delegada por el encargado para recitar y cantar para que las mujeres no se durmieran. "E incluso me cogía para que las señoras que estaban quitando la flor del tomate no se durimieran y a las 2:30 po ahí me decía el encargado -Pimpina váyase pa´llá, a cantarle un poco a esa gente pa´que no se vayan los tomates con la flor- pero cuando estaba en pleno apogeo me quitaba de allí y a las 4 y algo volvía otra vez pa´mi puesto. Pero bueno, las pobres mujeres se alegraban y yo les sacaba canciones y ellas me decía, cántame tal y tal, y algunas no me las sabía, pero cuando llegaba a mi casa le preguntaba a mi padre y me decía -si mija esto es así [...] esas canciones, o romances también, los romances eran tan bonitos y después ellas me iban pidiendo, eso era ahí como un discvo dedicado y yo sacando canciones para que ellas no se durmieran o contándoles disparates y así nos pasábamos la zafra, era una zafra dura, donde a lo mejor ibas a merendar a las 7:30 y nunca sabías cuando ibas a terminar.
Entrevista realizada el 15 de febrero del 2022 en el teatro del Centro Cultural Federico García Lorca - Ingenio.
La poetisa Pepa Aurora, tiene en su memoria cantos de trabajo que le escucho cantar a su tío Miguel en las faenas del arado, ella recuerda los cantos de los pescadores a la hora de pescar las morenas: "cuando íbamos a la playa de Gando o Vargas, Ojos de Garza, todas las playas a las que nosotros íbamos habían siempre pescadores. Yo recuerdo en Gando, porque yo iba a Gando contretamente, pequeñita, muy pequeñita, que decía !Vvamos a pescar niños! , a pescar que no llevaba nada más que una fija y un cubo y ¿dónde está para pescar? y decía el hombre, no voy a pescar morenas, a las morenas se pesca cantando, la cosa es que yo iba con el hombre, detrás y el cantaba: "Asoma morena, asoma bonita/te quiero pintada, te quiero negrita". Depués cuando el hombre veía la morena decía: "Jo, morenita jo, joo jooo morenita jooo joo, asoma morena, jooo moreinta" y le clavaba la fija y sacaba la morena.
Entrevista realizada el 21 de enero del 2022 en su residencia en Las Palmas de Gran Canaria.
"La gente trabajaba y cantaban, se pasaba el día muy bien y la gente cantaba sus cancioncitas, si había una cuadrilla de hombres un poco más allá, 100 metros más allá estaban las cuadrillas de mujeres porque siempre los trabajos más fuertes lo hacían los hombres y los trabajos más livianitos lo hacían las mujeres. Entonces si había una mocita por ahí que le gustaba pues le echaba sus cancioncitas y así la gente ayudaba a pasar el día. Si el hombre le cantaba una canción a la niña, que la niña ya sabía ya más o menos, si la niña cantaba algo también al poco rato se decía “aquí hay tela” y si no pues a esperar a que hubiera, y así se pasaba el momento de trabajo...Las canciones eran más bien como poesías, tenían siempre que ver con algo bonito, con las mujeres que se les decía, eran respetuosas y eran más o menos bonitas, siempre le cantaban alguna cosa bonita. Yo me acuerdo de una que cantaban… había unos hombres mayores con veinte algo de años y le cantaba a una moza que aquella mujer estaba muy linda, era para cantarle aquello y para estar cantándole todo el día y me acuerdo que una vez le canto: Lagrima quisiera ser para nacer en tus ojos/Tus mejillas recorrer y morir en tus labios rojos"
Entrevista al señor José Guedes Guedes en el barrio La Pasadilla, municipio de Ingenio, 3 de noviembre del 2021.