Los toques manuales de campana fueron el más importante medio de comunicación de la sociedad tradicional; estos informaban sobre hechos importantes para la comunidad, dando cuenta de mensajes a nivel temporal, espacial y cumpliendo una función social. Estos toques variaban de acuerdo a un acontecimiento específico, a una celebración, a una tragedia o a algún hecho en particular que se tenía que divulgar e informar.
Existían diferentes toques manuales de campanas:
Toques civiles, los cuales comunicaban algún tipo de urgencia, emergencia o servían para convocar reuniones comunitarias en las puertas de la iglesia. Dentro de los toques civiles se encuentra un toque denominado Arrebatao, el cual se ejecutaba para avisar de algún peligro grave o alguna catástrofe, en donde se tocaban las campanas de forma rápida para alertar y hacer un llamado a los vecinos por si se requería alguna ayuda. También se tocaban las campanas para ahuyentar a la plaga de cigarras y los niños acompañaban este sonido saliendo a las calles con cacharros y palos y generando más ruido para terminar de ahuyentarlas.
Toques religiosos: Los cuales se subdividen en
1. Ángelus: Se ejecutaba a las seis de la mañana, a las doce del mediodía y a las seis de la tarde. "Su origen se remonta al siglo XIII con la pretensión de recordar el momento de la Anunciación de María". En Ingenio, cuando sonaban las campanas de las doce del día, era el sonido de referencia que avisaba a los trabajadores de un almacén de empaquetado que se encontraba junto a la iglesia que ya era la hora de salir a almorzar.
2. El toque de oración: se ejecutaba a las siete de la tarde; a las nueve de la noche se hacía el toque de ánimas. Cuando la gente escuchaba las campanas, se disponía a hacer las oraciones a las ánimas desde sus casas.
3. Toque a misa: Todos los días de lunes a sábado en horario de tarde y los domingos en horario matutino se ejecutaban tres toques que daban comienzo media hora antes de la celebración de la misa. Los domingos se solía incorporar los repiques de campana. Los repiques eran toques alegres y sonoros que también se usaban en días festivos, al igual que en el Domingo Santo tras la resurrección de Jesús. Cuando el cura se metía dentro de la sacristía para ponerse los ornamentos, se tocaba una campanilla que indicaba que la misa estaba a punto de comenzar, mientras un monagillo salía a la plaza tocando la esquila (campanilla pequeña) para avisar a los hombres que estaban sentados en los bancos de la plaza, quienes tenían por costumbre entrar a la iglesia en el último momento. Estos se sentaban, por lo general, en los últimos bancos de la iglesia.
4. Toques de vísperas: Era un toque para llamar a los oficios el día de víspera de las fiestas patronales.
5. Toque de difuntos o de clamor: se utilizaba para convocar a misa en caso de funerales. Las campanas también doblaban mientras se conducía el cadáver al cementerio. Cuando moría un hombre, se doblaban las campanas (doblar es tocar las dos campanas al unísono) y se tocaban nueve dobles. Si fallecía una mujer, se tocaban siete dobles, y si la muerte era de un niño, se repicaban las campanas. Durante el entierro se doblaban las campanas espaciadamente cada dos o tres minutos en señal de duelo.
Tiempo atrás, durante toda la noche del día uno de noviembre (día de todos los Santos), y hasta el amanecer del día dos (día de las Ánimas), las campanas tañían ininterrumpidamente siguiendo el ritmo del toque de clamor, en recuerdo de todos los difuntos.
6. Toques de ritos de paso: En los bautizos se tocaban las campanas.
7. Toques en Semana Santa: Durante esta celebración religiosa no se podían tocar las campanas desde el mediodía del jueves santo hasta la noche del sábado santo en señal de duelo (silencio de las campanas); por lo tanto, se agarraba la soga de las campanas para que ningún niño tirara de ellas. Los avisos se realizaban con la matraca que anunciaba días de pasión. La matraca era una tabla de madera con dos bisagras que, al girarlas, daban un sonido muy particular. El Sábado Santo, tras la resurrección del Señor, durante las procesiones gloriosas, etc., se tañían las campanas en repiques para anunciar el inicio de los oficios.
Según el profesor Juan López Vega, hoy en día los toques manuales de campana están en desuso, especialmente aquellos que tenían un carácter social (dar aviso de algún suceso, emergencia o acontecimiento importante para la comunidad). Suso Vega, el actual cura de Ingenio, asevera que actualmente todos los toques de campanas se llevan a cabo mediante sistemas eléctricos (toques para misas, toques de difunto o duelo, toques de celebraciones religiosas, toque para anunciar la hora), excepto los repiques que se siguen realizando manualmente en momentos festivos de índole religioso.