En la sociedad tradicional del ingenio (mediados del siglo XX, aproximadamente), las personas mayores siempre aprovecharon los materiales que les rodeaban para construir sus instrumentos de trabajo; los niños, en un proceso de imitación y aprendizaje, también utilizaron materiales que les ofrecía la naturaleza u otros objetos para fabricar sus propios juguetes: juguetes cargados de creatividad, imaginación e inventiva.
Los niños, después de ayudar en las labores del campo, podían tener pequeños espacios de ocio para jugar y realizar sus juguetes; esto también les permitía el compartir y la sociabilidad entre los niños.
Los juguetes tradicionales ya poco o nada se usan, ya que la tecnología y el uso de materiales plásticos y derivados del petróleo han reemplazado los juguetes hechos a mano y con materiales como madera, latas recicladas, fibras vegetales, etc.
Los juguetes tradicionales son ahora salvaguardados por coleccionistas de objetos antiguos o por grupos folklóricos que los usan en fechas o celebraciones especiales como el Día de Canarias.
Algunos de los juguetes elaborados por los niños en la sociedad tradicional fueron: muñecas de trapo, carros elaborados con trozos de madera y latas, cometas de caña, sacos de harina, trozos de retales pegados con papa; juguetes de penca, juguetes de gamona, sonajeros de chapa, pelotas de trapo, trompos de madera, animales elaborados con los carozos o piñas, muñecas de cartón, alcobas de muñecas hechas con madera, muñecos elaborados con carozo, coches de verga, barcos de cartón o de pencas de palmera que ponían en las acequias, ruedas de hierro, patinetas y carretones con cojinetes de coches viejos y con latas de aceite de oliva recicladas, tiraderas de madera y caucho, entre otros.