Orígenes documentados o atributos |
En Canarias era muy frecuente la práctica de la brujería entre los siglos XVI y XIX. La brujería en el archipiélago es fruto de una confluencia de distintas corrientes culturales. Según Sebastián Jiménez Sánchez (1955:2), “gran parte de la superchería isleña canaria es una reminiscencia de las prácticas idolátricas y demoniacas de los aborígenes”. Estas prácticas se vieron enriquecidas con las creencias y supersticiones de personas provenientes de otros pueblos y culturas (moriscos, bereberes, gallegos, vascos, portugueses, malteses, flamencos, latinoamericanos, etc.) que a través de la colonización e inmigración arribaron a las costas canarias.
La Hechicería y la brujería hicieron parte del conjunto de creencias y prácticas mágicas. Según el autor Sebastián Jiménez, brujería y hechicería son dos modalidades distintas, pero se complementan recíprocamente. "El hechicero y hechicera tiene su principal campo de acción en las intrigas amorosas y los desvíos familiares [...] la hechicería en Canarias arraigó en los siglos XIII y XIV, traída por genoveses y florentinos, en sus viajes de exploración a las islas" (1955:7). Por otro lado, y siguiendo a González (2019:20) "La brujería se podría definir como un sistema ideológico que aportaba soluciones a gran parte de la sociedad, donde existía la creencia popular de que todos los problemas que le acontecían a una persona se debían al mal causado por una bruja. Aquellas personas que practicaban la brujería, conforme a Henry Charles Lea, habían abandonado el cristianismo, renunciando a su bautismo y rindiendo culto a Satanás como su Dios, entregando su cuerpo y alma al mismo, para ser su instrumento del mal"
Los mitos, leyendas y cuestiones brujeriles han sido tema de la literatura clásica y popular. Habitualmente, los cuentos de brujas aparecen recogidos en misceláneas sobre tradición oral junto a otros géneros literarios como los romances, los cantares, las adivinanzas, etc. Otrora, las calles de los pueblos de la isla de Gran Canaria, sin alumbrado público y bajo la luz de las velas o de los candiles, fueron el escenario propicio para que a través de la oralidad se contaran historias sobre brujas, sus hechizos, maleficios y encantamientos. Estas historias quedaron en la memoria de aquellos que en ese tiempo eran niños y que con el transcurso de los años fueron recogidas en textos y publicaciones.
Historias y acontecimientos relacionados con brujas también pueden ser hallados en la biblioteca y el centro de documentación de la biblioteca y archivo documental del Museo Canario así como en el Archivo Histórico Provincial de Las Palmas, donde se hallan documentos y "Legajos de la Inquisición" de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX que dan cuenta de procesos, autos y diligencias por prácticas de hechicería y brujería que se llevaron a cabo en diferentes lugares del territorio insular.
|