Orígenes documentados o atributos |
Dentro de la poesía oral, "una de las formas métricas más empleadas es la décima espinela. Esta, acompañada de las tonadas musicales pertenecientes a cada país o región, ha hecho de sí misma un puente comunicativo, una nueva forma de hablar. El origen de la décima lo hallamos en la copla real, una estrofa de diez versos en la que el autor podía distribuir la rima motu proprio. Luego de haberse desarrollado con distintas combinaciones de rima sin mayor relevancia, el triunfo y la estabilidad formal de la décima llegó de la mano de Vicente Espinel, quien fijó la estructura del metro en una publicación de 1591 titulada Diversas rimas. Así, la décima espinela está constituida por diez versos octosílabos con rima consonante y un cuerpo estructural semejante a la unión de dos redondillas unidas por dos “versos puente” que funcionan como bisagras: abbaaccddc [...] la relevancia de esta estructura en el género popular ha tenido tal envergadura que incluso se ha llegado a considerar que la décima espinela es para la lírica popular lo que el soneto para la lírica culta. Sin embargo, esto no quiere decir que la décima estuviera únicamente relegada al mundo campesino. Muchos intelectuales y escritores fueron los que cosecharon el verso en décima, basta con recordar obras como La vida es sueño de Calderón de La Barca. Y como Calderón, otros muchos autores" (Moreno, 2017).
La décima es una estrofa barroca, la métrica del barroco no era fácil tanto por la forma de la estrofa como por el contenido, por lo tanto la décima presenta una doble virtualidad de ser compleja, como se indicó, desde el punto de vista estructural como por su contenido. La décima es una poesía lírica, donde lo principal no es la historia que se cuenta, sino la expresión de un sentimiento interior donde intervine la primera persona (el yo o el tu). La décima. Según el catedrático Maximiano Trapero es un género abarcador, pues, aunque nació como poesía lírica también se ha convertido en poesía narrativa y por lo tanto puede "competir" con el romance en el relato de acontecimientos ocurridos en un determinado lugar.
"...En la poesía popular oral entran en juego cuatro niveles distintos: por una parte el literario (la forma métrica y el contenido), el musical (generalmente se reproduce junto con un instrumento de cuerda), el dramático o espectacular (hay una puesta en escena, lo que conlleva la existencia de elementos paralingüísticos y paramusicales) y el nivel propiamente repentístico, que tiene que ver con las técnicas de creación poética, esto es, las reglas que le dan autonomía y lo caracterizan e individúan. Citando a Díaz Pimienta, a estos cuatro se podría añadir un quinto, el baile, relacionado con la performance repentista en el contexto festivo y carnavalesco, aunque este era antes un elemento determinante que se ha ido perdiendo...[...] el poeta repentista, por una parte, no suele ser un poeta profesional, aunque en los últimos años ha crecido el número de poetas profesionales, y, por otra, el repentismo tradicionalmente se ha ligado a lo popular, a lo rural, donde era difícil que se diera una formación literaria previa. (Molpeceres, 2022).
La improvisación poética puede desarrollarse en múltiples metros o medidas poéticas. De todas las formas de improvisación poética que se presentan en España, las décimas son una particularidad de las Islas Canarias, particularidad que las une con Hispanoamérica.
Maximiano Trapero, catedrático y filólogo ha desarrollado un amplio estudio de la décima como poesía improvisada, según Trapero, la décima es un fenómeno de la poesía popular con una de dimensión un literaria y poética de carácter panhispánico. Según indica este catedrático, la poesía improvisada y más concretamente la décima espinela “salió de Andalucía, pasó y se estableció en Canarias, llegó a los puertos intercomunicados del Caribe: La Habana, Santo Domingo, Veracruz y Cartagena de Indias, y desde allí viajó y se estableció en todos los países iberoamericanos” (Trapero 2002:354).
Con la décima se logra crear una historia en diez versos octosílabos, con una estructura cantarina, la musicalidad le es inherente como componente sustancial de esta estructura, estos componentes y cualidades de la décima fueron los que lograron que pasara de la época y del espíritu barroco a la tradición popular, que tuvo gran acogida en el mudo hispánico, especialmente en América, convirtiéndose en un signo de identidad del todo el hispanismo. En países de Hispanoamérica y el Caribe, la décima, conservando su estructura, se expresa y se alimenta de los contextos, formas, ideas, vivencias y musicalidades propias de los lugares en los que se crea, se improvisa, se canta y se comparte. Es así como en Cuba el punto cubano se convierte en la modalidad del canto de la décima, en México es el Huapango o el Galerón en Venezuela. en cada uno de estos países la décima con sus particularidades se ha convertido en género folclórico. Canarias adopta la forma de la décima en Cuba, por lo tanto se le domina también como punto cubano.
La información presentada del catedrático Maximiano Trapero hace parte de la entrevista realizada el 24 de enero del 2022 - Proyecto Inventario del Patrimonio Cultural Inmaterial de Ingenio.
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